La Leishmaniosis es una enfermedad que puede transmitirse del hombre a los animales y de los animales al hombre.
Esta patología es debida a un protozoo flagelado, que puede afectar a tu perro con la ayuda de la picadura de un mosquito: el Phlebotomus. Para ser más exactos diremos que son las hembras de este insecto las únicas responsables de la transmisión de la enfermedad, facilitando la transmisión del parásito desde un animal enfermo a un animal sano.
Entérate de todos los síntomas de la Leishmaniosis para poder darle el mejor tratamiento a tu perro.
Síntomas de la Leishmaniosis
Cuando el parásito se difunde por el organismo del animal no suele hacerlo al azar, ya que tiene sus preferencias: por la piel (Leishmaniosis cutánea) o por determinadas vísceras (Leishmaniosis visceral).
En lo referente a la piel, un animal con Leishmaniosis cutánea puede presentar, entre otros, los siguientes signos y síntomas:
Leishmaniosis cutánea:
- Dermatitis (inflamación de la piel)
- Hiperqueratosis (“engrosamiento” de la piel)
- Onicogrifosis (crecimiento exagerado de las uñas)
- Formación de nódulos y pústulas
- Alopecia, pérdida y/o pelo opaco y quebradizo
- Despigmentación nasodigital (nariz y dedos)
Leishmaniosis visceral:
- Pérdida de peso
- Aumento del tamaño ganglionar de forma localizada o generalizada (síntoma presente en más del 90% de los casos)
- Aumento del tamaño abdominal por el aumento del tamaño del hígado (hepatomegalia)
- Disminución de actividad y energía
- Alteraciones locomotoras (inflamaciones articulares y musculares)
- Y uno de los síntomas más graves e importantes: la alteración de la función renal. Por desgracia, si esto último sucede, el desenlace puede ser fatal.

Prevención de la Leishmaniosis
El diagnóstico precoz de la enfermedad es fundamental para aplicar un tratamiento efectivo; si detectamos el problema en sus primeras fases (incluso sin existir síntomas de la Leishmaniosis), podemos asegurar que los tratamientos conseguirán mantener a raya el problema; por esta razón es fundamental realizar una analítica anual de Leishmaniosis para confirmar o descartar la presencia de esta enfermedad.
Existen fármacos de demostrada y repelente acción contra las hembras de flebotomus y sus indeseables picaduras, existen mallas antimosquitos, la posibilidad de restringir los paseos nocturnos en épocas de alto riesgo…

En el caso de nuestros perros, se recomienda la utilización de los fármacos preventivos existentes, ya que aunque no alcancen la prevención total, disminuyen en cierto grado (cada vez más) la posibilidad de transmisión de la enfermedad.
También debemos recomendar que los animales no duerman en el exterior en las épocas de calor, que protejamos el interior del hogar con las ya citadas mosquiteras y que intentemos evitar la nocturnidad y alevosía de la hembra de Phlebotomus en nuestros paseos.
Descubre más sobre la Leishmaniosis canina y recuerda que si vez que tu perro tiene algún síntoma acude con tu veterinario. #Nolodejesalazar
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