LA TIÑA EN EL GATO: CÓMO IDENTIFICARLA Y PREVENIRLA 

La tiña es la infección por hongos más frecuente en el gato. Por lo general no es grave, pero se puede contagiar fácilmente.

tiña en gatos

La tiña puede estropear el hermoso pelaje de tu gato y es muy molesta. Esta infección de la piel por hongos es sumamente común y, por si fuera poco, también puede afectar a otras mascotas y a las personas. Afortunadamente, la tiña en el gato no es una enfermedad grave, pero es muy fácil confundirla con otras afecciones, como la sarna. 


Tras leer este artículo, sabrás todo lo necesario sobre la tiña en el gato: qué es, cómo se manifiesta, qué hacer si tu gato tiene tiña y cómo prevenirla. 

¿Qué es la tiña en los gatos?

La tiña es la enfermedad infecciosa de la piel más común en el gato. La causa un tipo de hongos llamados dermatofitos, cuyo nombre en griego quiere decir «plantas de la piel». Estos hongos son prácticamente ubicuos y, por lo general, no causan enfermedad. De hecho, muchos gatos son portadores sanos de los hongos causantes de la tiña. 

Los hongos producen esporas, diminutas semillas que son de las estructuras biológicas más resistentes que existen. Las esporas de Microsporum canis y Trichophyton spp. – los dos dermatofitos más comunes en el gato – pueden sobrevivir en el ambiente hasta dos años. 

Los dermatofitos se alimentan de queratina, una proteína constitutiva de la piel, el pelo y las uñas. Por lo general, la presencia de estos hongos no causa problemas, pero, cuando el equilibrio ecológico de la piel se rompe o el sistema inmune se deprime, prolifera la tiña en el gato. Por añadidura, esta enfermedad deja la puerta abierta a toda una serie de infecciones secundarias que pueden dañar la piel de tu minino. Finalmente, aunque la tiña no suele ser grave, no debemos tomarla a la ligera, ya que pude afectar a otras mascotas y también al ser humano. 

¿Cómo se manifiesta la tiña en los gatos?

El síntoma clásico de la tiña en los gatos es la caída del pelo en un área redonda y bien definida. La piel afectada puede mostrar una irritación moderada o descamación de color grisáceo. A veces, queda pelo sobre la lesión, aunque este se cae fácilmente. Cuando la tiña se manifiesta de esta forma, las lesiones suelen aparecen en cabeza y lomo, aunque orejas, cuello y patas también son sitios frecuentes. La tiña también puede afectar a las uñas. Un punto muy importante es que, por lo general, la tiña no produce comezón. 

 
No obstante, la tiña se puede manifestar de otras maneras. Por ejemplo, la lesión clásica puede venir acompañada de una costra con pus debajo. A veces, cuando la infección afecta principalmente el folículo, se presenta como granos o pequeños endurecimientos redondos en la piel. En infecciones más diseminadas, grandes áreas del pelaje pueden aparecer opacas y los pelos se vuelven quebradizos; puede haber alopecia (caída del pelo). Cuando existen infecciones secundarias, entonces los síntomas son del todo inespecíficos y es común que aparezcan costras y comezón. 

¿Cuál es la diferencia entre sarna y tiña en los gatos?  

A diferencia de la tiña (una infección por hongos), la sarna está causada por ácaros. Los ácaros son arácnidos microscópicos que están relacionados con las garrapatas. 

 
Por lo general, la sarna es mucho más agresiva que la tiña y produce comezón intensa. No obstante, hay diversos tipos de sarna y, a veces, las lesiones que producen tiña y sarna son muy parecidas. Por este motivo, no debes intentar diagnosticar estas enfermedades por tu cuenta, ya que es muy fácil confundirlas, y, debido a que sus causas son diferentes, no responden a los mismos tratamientos. Si tu gato tiene un problema en la piel, debes acudir a tu veterinario. 

Tiña en gatos: diagnóstico

Los veterinarios pueden diagnosticar la tiña a través de las lesiones en la piel y la historia clínica. También se puede usar una lámpara de luz ultravioleta, ya que los dermatofitos producen proteínas que reaccionan con este tipo de luz. El diagnóstico definitivo se da cuando se logra aislar el dermatofito en el laboratorio, mediante análisis microscópico de los pelos sospechosos o mediante el cultivo fúngico, pero recuerda que muchos gatos pueden ser portadores del hongo sin que este cause problemas. 

Tiña en gatos: tratamiento

Los casos más leves de tiña desaparecen por sí solos, pero ¡no por ello debes dejarlo al azar! La mayoría de las infecciones necesitan tratamiento para resolverse con éxito. 

Cuando hay lesiones muy localizadas, se puede intentar un tratamiento con pomadas que, por lo general, contienen un antimicótico y un antiinflamatorio. También es común que los veterinarios recomienden champús y baños medicados. Sin embargo, en casos de tiña diseminada, severa o que no responda al tratamiento tópico, suele ser necesario dar medicamentos orales. 

El problema con la tiña es que los hongos se arraigan a las capas muertas superficiales de la piel, pelo y uñas siendo difícil el acceso a ellos tanto para el sistema inmune como para los medicamentos. Es muy frustrante para las familias de gatos, pues el tratamiento suele ser prolongado y llega a extenderse durante meses. ¡Hay que ser perseverantes y pacientes! 

 
El reto más grande que presenta la tiña en los gatos es que los tratamientos y baños frecuentes pueden estresar al gato. Si tu gato tiene tiña y está en tratamiento, es muy importante que uses la técnica correcta para darle sus medicamentos y que uses algún tipo de contra-condicionamiento (por ejemplo, darle un premio tras darle el tratamiento), pues es común que los gatos desarrollen aversión hacia quienes les administran sus medicinas. 

¿Por qué algunos gatos desarrollan tiña y otros no?

Como ya hemos mencionado, es muy común que los dermatofitos causantes de la tiña se encuentren en el pelaje de gatos sanos y en el ambiente. Entonces, ¿por qué algunos gatos desarrollan la enfermedad y otros no? 

Pues bien, hay tres factores principales: la ecología de la piel, el sistema inmune del gato y las condiciones medioambientales.

La ecología de la piel y la tiña en los gatos 

La piel no es un lugar estéril, sino que está habitada por millones de bacterias, protozoos y hongos. En su mayoría, estos inquilinos microscópicos no suponen ningún problema y mantienen la piel sana, pues ayudan a procesar la piel muerta, producen sustancias útiles para la piel o, simplemente, compiten contra microorganismos dañinos y los mantienen al margen. 

Cuando se rompe la ecología de la piel, se crea un desequilibrio y suelen surgir infecciones oportunistas, como lo es la tiña. El uso indiscriminado de antibióticos, el baño excesivo y una mala alimentación son algunas de las causas que afectan la ecología de la piel. 

La inmunidad y la tiña en los gatos 

Por lo general, el sistema inmune de los gatos sanos puede lidiar con los hongos causantes de la tiña. Sin embargo, los gatitos y los gatos geriátricos tienen un sistema inmune más débil y por ello la tiña es más frecuente en estos grupos. 

El estrés y la desnutrición también causan un debilitamiento del sistema inmune. Así pues, la tiña aparece con frecuencia en gatos de la calle. Es muy común que, al adoptar un gato, aunque le demos todo el amor y las mejores condiciones, la tiña aparezca debido al estrés que le produce el cambio de vida. 

Condiciones ambientales que aumentan el riesgo de tiña en los gatos 

Los dermatofitos prefieren las condiciones de humedad y oscuridad. Así pues, la tiña es más frecuente en las estaciones húmedas.  

Gatos que conviven con otros de su especie también están en mayor riesgo de desarrollar tiña. De hecho, esta infección por hongos suele ser un problema en las colonias de gatos, hoteles para gatos y otros lugares donde se congreguen muchos mininos. 

Los gatos de pelo largo suelen albergar dermatofitos en su pelaje y son una fuente común de contagio para otros mininos. 

Tiña en los gatos: prevención 

Puesto que los gatos sanos suelen ser resistentes a la tiña, lo mejor que puedes hacer para evitar esta molesta infección por hongos es fomentar la salud general de tu gato a través de la prevención: nutrición, vacunación, desparasitación y control de peso. Para lograrlo, las visitas regulares al veterinario son fundamentales. 

La nutrición es particularmente importante para tener un sistema inmune fuerte. Recuerda que el gato tiene necesidades nutricionales específicas, especialmente al tratarse de la proteína. Si tu gato tiene problemas para alimentarse, ya sea porque come poco u otras mascotas le roban su comida, considera un comedero inteligente para gatos como SureFeed de Sure PetCare

La vacunación es importante para proteger a tu gato de enfermedades que pueden poner en riesgo su salud. También la desparasitación interna y externa lo ayudan a mantener sus defensas altas, pero debe hacerse de manera continuada y durante todo el año. 

Puesto que la tiña se puede transmitir entre gatos, es muy importante que cada minino tenga su propio cepillo. La limpieza y la desinfección de camas, mantas, areneros y otras superficies ayuda a disminuir la carga ambiental de dermatofitos y, consecuentemente, el riesgo de contagio.  

Cuando introduzcas a un gato nuevo en casa, especialmente si proviene de la calle, es conveniente establecer un periodo de cuarentena, sobre todo si en tu hogar viven gatitos o gatos geriátricos. Finalmente, si alguno de tus gatos llegase a padecer tiña, es importante tratarla, no solo para acelerar el proceso de curación, sino también para disminuir el riesgo de contagio a otros gatos y mascotas. 

¿Puede mi gato contagiarme la tiña

Sí. La tiña es una enfermedad contagiosa que puede afectar a las personas. Sin embargo, niños y adultos con sistemas inmunes fuertes suelen ser resistentes a los dermatofitos. La tiña normalmente afecta a niños pequeños, ancianos y personas con sistemas inmunes debilitados. Afortunadamente, el tratamiento de la tiña en el ser humano suele ser sencillo. 

Aun así, recuerda que personas y animales compartimos una misma salud: gatos sanos, personas sanas… ¡eso es One Health! 

Ahora ya lo sabes, si tu gato tiene problemas en piel, acude con tu veterinario #MyPet

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Referencias 

Frymus, T., Gruffydd-Jones, T., Pennisi, M. G., Addie, D., Belák, S., Boucraut-Baralon, C., … y Horzinek, M. C. (2013). Dermatophytosis in cats: ABCD guidelines on prevention and management. Journal of Feline Medicine and Surgery, 15(7), 598-604. https://doi.org/10.1177/1098612X13489222 

Moriello, K. A., Coyner, K., Paterson, S. y Mignon, B. (2017). Diagnosis and treatment of dermatophytosis in dogs and cats. Clinical Consensus Guidelines of the World Association for Veterinary Dermatology. Veterinary Dermatology, 28(3), 266-e68. https://doi.org/10.1111/vde.12440 

 
Moriello, K. A. (2020). Dermatophytosis. In Feline Dermatology (pp. 265-296). Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-030-29836-4_13 


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